
Sergio Villanueva en el papel de Chicho Ibáñez Serrador,
en «El Ministerio del Tiempo».
Hoy entrevistamos a Sergio Villanueva, actor, autor, director y escritor valenciano con una extensa carrera profesional en el ámbito teatral y audiovisual no sólo de la Comunidad Valenciana, sino de todo el territorio nacional. Actualmente es uno de los miembros del elenco de la obra «Per Dabant i per Darrere», que se encuentra actualmente en el Teatre Talia.
– ¿Cómo empezó tu carrera como actor? ¿Dónde te formaste?
Mi carrera empezó en el grupo Teatre Escola de la Fundación Shakespeare en Valencia. Ahí empecé a formarme, a tomar conciencia del texto como partitura, del actor como instrumento.
– ¿Cuál de tus trabajos como actor en el medio audiovisual más recientes destacarías y por qué?
Chicho Ibáñez Serrador. Me permitieron jugarlo al límite. Fue una gozada. Disfruté mucho y recibí muy buenos comentarios. En ocasiones un actor puede volar si le permite el director. Este fue mi caso. Miguel Alcantud puso toda su confianza en mi «juego»
– ¿Y del medio teatral?
Actualmente me siento muy orgulloso del papel que interpreto en POR DELANTE Y POR DETRÁS, el del «director» de esa Compañía que lleva a cabo un vodevil con mil problemas.
– Háblanos un poco de tu faceta como autor.
Mi actividad como autor de teatro, de novela, de poesía o relatos va siempre en paralelo con mi carrera de actor o director. No puedo desprenderme de ella. La necesito a nivel vital. En el fondo soy un contador de historias.
– Recientemente también has publicado una novela, ¿cierto?
Llevo varias publicadas, algunas en el cajón y este 2019 lo comienzo con la publicación de EL SECRETO DE LOS NOCTURNOS, una novela histórica que se sitúa en la Valencia de 1589, cuando nuestra ciudad era la plaza teatral más importante de España y de las más importantes de Europa. Con Lope de Vega y Guillem de Castro de protagonistas, tratando de resolver unos crímenes a contrarreloj
– Háblanos un poco de «Per dabant i Per darrere», ¿qué historia cuenta?
Cuenta la convivencia de un colectivo de personas que están a punto de estrenar un vodevil, de cómo se desarrolla el viaje de bolos tiempo después, de cómo nos necesitamos a pesar de no aguantarnos. En un claro reflejo de lo que pasa en cualquier grupo de trabajo o familia, con independencia de que aquí se proponga una Compañía de Teatro. Por eso funciona. Porque el autor es un gran conocedor del género humano, y la gente se siente muy reflejada en todas las situaciones hilarantes. Es un claro homenaje al oficio del teatro, pero mucho más que eso, al género humano.
– Tu personaje en «Per Dabant i Per Darrere» es un director teatral, ¿cómo ha sido para ti, como actor y como director, encontrarte con él?
Lo he sentido de alguna forma como una meta que ha cerrado cierto círculo y me ha abierto otros tantos. Reafirmarme en las tablas como nunca. Hoy en día es muy difícil permanecer meses o toda una temporada en un mismo teatro con una misma obra de teatro. Eso da práctica, oficio. De normal son cinco o diez bolos y fin. Justo cuando aun queda aprender cosas del propio trabajo.
– ¿Qué puedes contarnos sobre el proceso de ensayos y preparación de una obra de tanto éxito y renombre, y además dirigida por Alexander Herold?
Ha sido extenuante. No podíamos pensar, dialogar. Teníamos poco tiempo para encajar movimientos, acciones. Nos lanzamos al vacío con absoluta confianza con el director que la ha montado más de doce veces. El vodevil, las comedias de este tipo, dependen de cómo entres y salgas por la puerta, como diría Toni Misó, con quien me hubiera gustado mucho compartir este viaje.
– ¿Tu película y tu obra de teatro favoritas?
Amarcord la película. La obra de teatro más complicada, según me pille el día Yerma de Lorca, o cualquiera de las grandes obras de Shakespeare. También El Jardín de los cerezos anda por ahí.
– Unas palabras para los jóvenes estudiantes de arte dramático que estamos formándonos y dando nuestros primeros pasos.
No desistir. Tener claro por qué queréis dedicaros a esto. Llenaros de compromiso ideológico y tratar de cambiar el mundo desde un trabajo colectivo en un teatro independiente.
Muchas gracias por dedicarnos este tiempo y por tus palabras, Sergio. Sin duda, nos sirve de mucho todo lo que nos has contado. Te deseamos muchos más éxitos y que disfrutes y sigas repartiendo sardinas sobre las tablas del Teatro Talia.
ENTRADA DE DICIEMBRE DE NACHO QUIÑONERO.